SUN TZU
Panagyurishte es una ciudad en la provincia de Pazardzhik, en la Bulgaria occidental. La ciudad se sitúa en un valle pequeño en Sashtinska Sredna Gora. Está a unos 91 kilómetros de Sofía, al este, en el norte de 43 kilómetros de Pazardzhik y en 37 kilómetros del sur de Zlatitsa. Su nombre es de origen griego y significa un lugar justo, pero se convirtió en el símbolo del esfuerzo búlgaro para la libertad ("Rebelión de Abril"). Las imágenes aqui mostradas forman parte del colosal monumento a todos esos valientes rebeldes que iniciaron su lucha por librarse de la invasión turca que atormentaba sus vidas y libertad.
Panagyurishte, también es muy célebre por en ella se encontró uno de los mayores tesoros Tracios de Bulgaria, el denominado "Tesoro de Panagyurishte". Está formado por nueve piezas de oro con un peso total de 6,1 kilos, y fue descubierto en 1949; se cree que perteneció al rey Seutes III. Estas piezas tan profusamente trabajadas contienen varias escenas mitológicas, incluyendo en el ánfora una del drama de Esquilo "Los siete contra Tebas". Los recipientes llevan inscripciones con su peso tanto en dáricos persas como en estateras áticas. Esta es una buena prueba de que los tracios, tanto como a sus caballos y al vino, apreciaban sobremanera el oro primorosamente trabajado.
Panagyurishte, también es muy célebre por en ella se encontró uno de los mayores tesoros Tracios de Bulgaria, el denominado "Tesoro de Panagyurishte". Está formado por nueve piezas de oro con un peso total de 6,1 kilos, y fue descubierto en 1949; se cree que perteneció al rey Seutes III. Estas piezas tan profusamente trabajadas contienen varias escenas mitológicas, incluyendo en el ánfora una del drama de Esquilo "Los siete contra Tebas". Los recipientes llevan inscripciones con su peso tanto en dáricos persas como en estateras áticas. Esta es una buena prueba de que los tracios, tanto como a sus caballos y al vino, apreciaban sobremanera el oro primorosamente trabajado.
Cuenta la Historia que, Diómedes, hijo del dios Ares y una de las figuras legendarias de Tracia, alimentaba a sus yeguas antropófagas con la carne de los extranjeros que visitaban sus tierras. Así de temerario era Diómedes hasta que Heracles puso fin a tan bárbara costumbre. Altivos, rudos y guerreros despiadados según los Griegos, los Tracios fueron también un pueblo de gran sensibilidad que legó a la posteridad tesoros de inusitada belleza que han dejado atónitos a los especialistas. Los Tracios, fueron un pueblo indoeuropeo de oscuros orígenes que habitó las actuales áreas geográficas de Rumanía, Bulgaria y el norte de Grecia, permanecieron anclados en el olvido a lo largo de siglos.
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